Construcciones Murias S.A., la constructora y promotora del proyecto clínico-obispal, que pretende albergar la sede del Obispado de Bilbao y la clínica de Mutualia acaba de declararse en concurso de acreedores. Es algo que estuvo a punto de ocurrir a principios de 2020, cuando el Grupo Urbas la compró y la salvó de la quiebra, al menos por unos años..
Los 70 millones de deuda con distintos acreedores han dado lugar a la rescisión de varios contratos con Murias y han hecho que finalmente el Juzgado de lo Mercantil Nº 1 de Donostia-San Sebastián inicie el procedimiento concursal el pasado 11 de marzo.
Una vez más, el pelotazo del Obispado se tambalea. Primero, porque el concurso puede parar las obras, y porque el Grupo Urbas, que ha comprado más empresas a punto de la quiebra, también se encuentra en dificultades económicas y, este año, se enfrenta a un juicio en la Audiencia Nacional por estafa en la ampliación de capital, lo que sentará en el banquillo a su presidente y a su expresidente.
Y segundo, porque el recurso que Abando Habitable ha presentado ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que pone en duda la legalidad del proyecto clínico-obispal, está ya visto para sentencia. El posible parón de las obras es positivo para el colectivo vecinal, pues dará tiempo a que el TSJPV aclare las dudas que hay sobre la legalidad del proyecto.
El edificio que según el Obispado estaría listo para diciembre de 2021, todavía está en las fases iniciales de su excavación.
Memoria vinculante: se debe respetar la razón que motivó la recalificación
El recurso vecinal impugna la licencia de obras porque considera que se ha incumplido la finalidad de interés general que justificó la modificación puntual del PGOU (Plan general de ordenación urbana) de Bilbao. El Plan fue modificado para que se pudiera materializar el “Proyecto Bizkeliza Etxea” del Obispado, pero no para dedicar más de la mitad a una clínica privada. Según los planos del edificio, la clínica de Mutualia ocuparía el 54% de la edificabilidad total.