Para 1919 el caserío Aristi ya ha desaparecido y el patio del colegio aparece dibujado como un jardín de senderos. En este año se encargó al arquitecto Manuel I. Galíndez la ampliación del edificio hasta llegar a Barraincua con un bloque adosado cuya fachada hacia el patio se adelantaba ligeramente respecto a la del resto del colegio. Esta intervención implicó la desaparición de un piso sobre la cubierta, pasando ésta a ser plana en casi toda su extensión. El frontón del cuerpo colindante con Lersundi se adornó con esculturas.
Documentos: Archivo Histórico Foral de Bizkaia.
Se puede ver la entrada separada de las alumnas de pago y las «gratuitas».
El edificio rayado es el ya existente previo a la ampliación.